El exagerado enriquecimiento de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, más tarde del Templo de Salomón es, realmente, un misterio; por más que algunos historiadores, excesivamente eclesiales, lo encuentren un desarrollo lógico para el momento en que vivían.
Hay datos objetivos. La Orden nacía fundada por dos caballeros, principalmente, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer, adinerados, con buenas rentas, y apoyados por el Conde de Champaña y la nobleza de la zona. Pero lo cierto es que en un tiempo record, para la época, y después de 9 años de no cumplir con la misión que se supone se habían autoimpuesto: proteger a los peregrinos a Tierra Santa de los bandidos y musulmanes, de pronto deciden volver a Francia y con unas pocas visitas mendicantes, comienzan a obtener un poder y una fortuna extraordinaria. ¿Por qué?
¿Qué descubrieron en los subterráneos de las Caballerizas del Templo? ¿Qué secreto o misterio llevaron a Francia?
Lo cierto es que tras cada visita a noble o rey, conseguían pingües regalos y donaciones. Se dice que pudo ser por el Ideal que traían de Tierra Santa: protegerla; por su condición de monjes-guerreros humildes; por su labor en Jerusalem. Pero como sabemos, en el Templo de Salomón no hicieron otra cosa que excabar y buscar... Algo. Y el ideal generalizado de los Cruzados no era la caridad cristiana sino hacer fortuna y expiar los multiples pecados cometidos.
Pero los Pobres Freires, sólo con su presencia, son capaces de sacar a sus escuchantes todo cuanto desean. E incluso, alcanzan un status especial en la Iglesia, ya que en menos de veinte años consiguen varias bulas papales que les confieren una situación única y privilegiada en toda la cristiandad, incluso por encima de los obispos, nobles y reyes. Es decir, un Estado especial dependiente exclusivamente del Sumo Pontífice. ¿Por qué los distintos Papas les otorgan estos privilegios?
Algo tenían que poseer para que toda la cristiandad, desde la más alta nobleza al campesinado, les protegieran y elevaran.
Un dato curioso, que nos hace pensar, es el cuarto voto que formulan ante el Patriarca de Jerusalem, al fundarse como orden: la protección de los Santos Lugares. ¿Por qué? Posiblemente porque su misión secreta era la de instaurar, de nuevo el Templo, la Jersualen terrestre como puente a la Jerusalen Celeste. Por eso tomaron lo necesario de las entrañas del Templo. Por eso aprendieron y unificaron los saberes místicos de la cristiandad, del judaísmo y del islam. Por eso crearon, siguiendo la doctrina y saber de san Bernardo, el Ejército de Cristo. La nación del Rey del Mundo: Jesucristo.
Non nobis domine, nos nobis, sed nomine tua da gloriam