viernes, 8 de julio de 2016

MARÍA MAGDALENA vs MARÍA VIRGEN PARA LOS TEMPLARIOS

MARÍA MAGDALENA vs MARÍA VIRGEN PARA LOS TEMPLARIOS.



Boticcelli, Virgen y el Niño
Hace poco exponía las dudas acerca de si los Caballeros de la Orden del Temple veneraban a María Magdalena. Y una de las preguntas que con mayor frecuencia me hacen en mis actividades templarias es si los Templarios veneraban a María Magdalena o a la Virgen María, madre del Señor.


Cierto es que para la Iglesia católica no habría duda: la Orden sólo podía venerar a Nuestra Señora, a la madre de Jesucristo. ¿Cómo iban a tener como deidad a una pecadora?... Pero la cosa no es tan sencilla.



Magdalena penitente
De hecho, si nos centramos en el posiblemente mayor ideólogo templario, Bernardo, siempre se refiere a Nuestra Señora, quedando para todos claro que se refería a La Virgen. Pero lo cierto es que el bueno del Maestro Bernardo trabajó, investigó, estudió y difundió (y esto es lo más importante) Lo Femenino, el Principio femenino universal, ancestral y sin tiempo, trabajando sobre el Cantar de los Cantares, posiblemente el libro más importante de la Biblia, y volviendo a traer a la cristiandad, la figura, la esencia de lo Femenino, a través de Nuestra Señora. Por cierto, una cristiandad absolutamente patriarcal, misógina, antievangélica y con nulo amor por sus hermanas de fe; cuales eran, simplemente, utilizadas como cuerpos y material mercantil; empezando por Papas y obispos.

Pero, ¿por qué sólo podría referirse Bernardo a una de ellas, a la Virgen María o a María Magdalena? ¿Por qué no trabajo en sus estudios eruditos con ambas figuras, fundamentales evangélicamente (por encima de cualquier otro personaje masculino, incluyendo a Simón, alias Pedro; y por supuesto a otros no evangélicos como Saulo, alias Pablo) una como madre, otra como esposa (sagrada), y ambas como principio armonizante de la esencia masculina del Maestro Jesús.

La Orden del Temple, desde el primer momento, antes incluso de su fundación, ya veneraba a María Magdalena, como el personaje más importante del Evangelio (después de Jesús) como apóstol apostolorum, como autora del evangelio atribuido a Juan (craso error) el más gnóstico, femenino y representante único del Secreto Mesiánico de Jesucristo. Y también, sin duda, veneraban a Miriam, la madre del Señor, porque ella también fue dada a la Luz divina (como María Magdalena) porque fue madre, educadora, protectora de Jesús y de su legado, sus enseñanzas y su esoterismo.

Ambas Marías, madre y esposa, fueron tomadas por los freires templarios por la importancia, sublime, que tenían y siguen teniendo en la cristiandad; pese al freno y censura de la jerarquía eclesial, patriarcal, que aún continúa en la ignorancia.

Francisco Sancabal

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