MARÍA MAGDALENA vs MARÍA VIRGEN PARA LOS TEMPLARIOS.
Boticcelli, Virgen y el Niño |
Hace poco exponía las dudas acerca de si los Caballeros de la Orden del
Temple veneraban a María Magdalena. Y
una de las preguntas que con mayor frecuencia me hacen en mis actividades
templarias es si los Templarios veneraban a María
Magdalena o a la Virgen María,
madre del Señor.
Cierto es que para la Iglesia católica no habría duda: la Orden sólo podía
venerar a Nuestra Señora, a la madre de Jesucristo. ¿Cómo iban a tener como
deidad a una pecadora?... Pero la cosa no es tan sencilla.
Magdalena penitente |
De hecho, si nos centramos en el posiblemente mayor ideólogo templario, Bernardo, siempre se refiere a Nuestra
Señora, quedando para todos claro que se refería a La Virgen. Pero lo cierto es
que el bueno del Maestro Bernardo trabajó, investigó, estudió y difundió (y
esto es lo más importante) Lo Femenino,
el Principio femenino universal, ancestral y sin tiempo, trabajando sobre el
Cantar de los Cantares, posiblemente el libro más importante de la Biblia, y
volviendo a traer a la cristiandad, la figura, la esencia de lo Femenino, a
través de Nuestra Señora. Por cierto, una cristiandad absolutamente patriarcal,
misógina, antievangélica y con nulo amor por sus hermanas de fe; cuales eran,
simplemente, utilizadas como cuerpos y material mercantil; empezando por Papas
y obispos.
Pero, ¿por qué sólo podría referirse Bernardo a una de ellas, a la Virgen
María o a María Magdalena? ¿Por qué no trabajo en sus estudios eruditos con
ambas figuras, fundamentales evangélicamente (por encima de cualquier otro
personaje masculino, incluyendo a Simón, alias Pedro; y por supuesto a otros no
evangélicos como Saulo, alias Pablo) una como madre, otra como esposa (sagrada),
y ambas como principio armonizante de la esencia masculina del Maestro Jesús.
La Orden del Temple, desde el primer momento, antes incluso de su
fundación, ya veneraba a María Magdalena, como el personaje más importante del
Evangelio (después de Jesús) como apóstol apostolorum, como autora del
evangelio atribuido a Juan (craso error) el más gnóstico, femenino y representante
único del Secreto Mesiánico de Jesucristo. Y también, sin duda, veneraban a
Miriam, la madre del Señor, porque ella también fue dada a la Luz divina (como
María Magdalena) porque fue madre, educadora, protectora de Jesús y de su
legado, sus enseñanzas y su esoterismo.
Ambas Marías, madre y esposa, fueron tomadas por los freires templarios por
la importancia, sublime, que tenían y siguen teniendo en la cristiandad; pese
al freno y censura de la jerarquía eclesial, patriarcal, que aún continúa en la
ignorancia.
Francisco Sancabal
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