jueves, 30 de enero de 2014

MÁS MISTERIOS... LA MEDICINA TEMPLARIA

Moises Maimonides
Sabemos que alrededor de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo hay innumerables secretos y misterios. Algunos continúan ocultos tras el velo de la historia, otros no tanto, y podemos conocerlos, aunque a ciertos historiadores ortodoxos les cuesta mucho darles la luz que merecen.

Es sabido que en la época templaria, la medicina en Occidente, entre los cristianos, era bastante deficitaria, mala, poco eficaz. Había buenos cirujanos pero malos médicos.

Los Caballeros templarios tuvieron entre sus misiones más importantes, encargadas por el Maestro Bernardo, la de aunar lo mejor de las culturas-religiones conocidas: Judaísmo, Islam y, por supuesto el Cristianismo, en todas sus facetas, no sólo la oficial de Roma, así como otras formas culturales como el Animismo, el Druismo, incluso el Hinduismo. 

No sólo buscaban el conocimiento espiritual, sino todo aquello que fuera científica y humanistamente interesante y necesario para el crecimiento humano. Por ello, se percataron de que la medicina cristiana no era la más eficaz, sobre todo porque tenía excesivas limitaciones impuestas por la doctrina de la Iglesia católica. Por ello, los Templarios recurrieron a menudo (casi siempre que podían) a los médicos judíos y, sobre todo, a los médicos musulmanes, mucho más orientales en cuanto al concepto de la enfermedad y más abiertos a la investigación.

Grabado de cesárea
Ha que recordar que para la Iglesia católica, hasta hace muy pocos años, la única medicina realmente válida era la espiritual; dejando en un segundo término otras formas de curación y sanación (no es lo mismo) Por ello, los freires entendieron que, dentro de su ecumenismo holístico, debían adoptar, aprender, practicar y difundir otras formas de medicina.

No debemos pensar, por lo antes dicho, que los Templarios sólo aceptaran la medicina alopática, todo lo contrario, una de las formas de Sanación más importantes de los caballeros templarios fue la Sanación Energética-Espiritual; porque entendieron que la salud es algo holístico, que trasciende el cuerpo físico y se adentra en otros planos. Por ello, construyeron o dedicaron espacios muy especiales, telúrica y energéticamente muy poderosos, para transformarlos en auténticos Hospitales/Sanatorios energéticos. Una de las mejores pruebas de ello la tenemos en la mal llamada Ermita de Eunate, que en realidad, siempre tuvo como función un sanatorio energético, un espacio para el ritual egipcio Hed Sed.

domingo, 5 de enero de 2014

EL MISTERIO DEL ORIGEN DE LA ORDEN II

Como ya hemos comentado, los orígenes de la Orden de los Caballeros Templarios están llenos de misterios; misterios y enigmas que se remontan en el tiempo, hasta la era del Egipto pre-faraónico, de los auténticos constructores de las Pirámides, entre el 10000 y 12000 a.C.

Bernardo de Claraval
El Enigma de la Orden supera a los piadosos caballeros francos que, tras la primera cruzada, querían proteger el Santo Sepulcro y a los  peregrinos que deseaban visitarlo. Los primeros pasos, o reuniones, que darían como fin la creación de un grupo de caballeros-monjes, tenemos que buscarlos en la creación de la Orden del Cister, como una extensión de la Orden de san Benito, que deseaba una vida de pobreza, austeridad y renuncia; pero a la vez, un conocimiento del Secreto que, de alguna manera, se le estaba escapando a la jerarquía eclesial.

Tres personajes son principales en esta trama (en esta rama de la trama que, en realidad, es un árbol frondoso) Bernardo, Esteban y Alberico, todos ellos monjes destacados del nuevo Cister y avezados en diversos conocimientos filosóficos, religiosos, espirituales y mágicos.

Esta parte de la historia suele despistar a los ortodoxos que ven en la Orden de caballería templaria sólo un proyecto guerrero de caballeros deseosos de aportar su espada al nuevo Reino de Jerusalén. Pero lo cierto es que si Bernardo fue el ideólogo que, no sólo concibió la nueva milicia de Cristo, no es menos cierto que él bebió de sus hermanos Alberico y, sobre todo, de Esteban, quienes, muy posiblemente, tenían conocimiento del Secreto intemporal, de los antiguos egipcios, y que con la Orden templaria, vería de nuevo la Luz en la construcción de las Catedrales góticas auspiciadas por la Orden.

Pero además, el ideal de estos destacados monjes no sería sólo la salvaguardia y difusión general, para todos, del Secreto (aunque manteniendo las reservas necesarias) sino la creación de una auténtica nueva sociedad, basada en el Humanismo cristiano, muy alejada de la ortodoxia de Roma y de sus acólitos episcopales, y donde tuviera cabida principal el ecumenismo real de las distintas religiones, místicas y mágicas conocidas...